CONVIVIR CON ÁRBOLES
Quien convive con árboles dispone
de poderes, pacta con semidioses
invencibles. Nadie
podrá usurparle nunca esa heredad.
Leves y bonancibles,
abandonan los días sus guaridas
y llegan al jardín enaltecidos.
La voz de la enramada reproduce
la voz de las raíces y unas luces suaves
desalojan la vida de asperezas.
Fin y principio, nadie
podrá impedir que esa alianza
perpetúe sus sellos, determine
el veredicto de una alegoría
donde conviven árboles y cuerpos.
Bajo las sombras indulgentes
se dignifica el flujo vegetal de la vida.
J.M. CABALLERO BONALD
2015